jueves, 18 de febrero de 2010

.historia de un quizás

la luna no supo ya qué más hacer

ella era sola y

él la aguardaba

historia de un quizás

la de aquel unicornio y

su cuerno perdido

otoño

en el bosque de lágrimas

el fruto prohibido volvió

a caer pero

el mordisco fue menor

espabilado tomó su pluma

ella se ruborizó pero

no comprendió

miércoles, 17 de febrero de 2010

.Ruiseñor

el silencio con su risa

altanera perturbaba a

aquel joven ruiseñor

cantor de sufridas

melodías

sentado a un costado se

encontraba cuando lo vi

escribiendo sus lágrimas de viaje

un viaje que aún no

terminaba

revoltoso se divertía sólo

jugaba a perseguirse y se reía el ruiseñor

conocía y seguía para arriba y seguía

se encontraba y se

reía

lunes, 15 de febrero de 2010

.voz y vos

fue el dibujo de sus ojos

una blanca llovizna de

arena hizo resplandecer tu

voz y vos que no eras

consciente te reías inocente

distraída miraba el nogal del

camino sin saber ser

espiada aquellos perros que ladraban

ocultaban tu voz y vos

como siempre te reías

martes, 9 de febrero de 2010

.Niños

los pequeñitos de naranja

con pelotas y viseras

jugaban a no ser ellos y

ser otros

yo que los miraba jugaba a ser ellos

en mi descanso sentado

jugaba y saltaba y corría

entre piedras y gritaba

como quien conoce el amor

un amor que terminó

el día y me encontró

sólo y sentado jugando a no ser yo

ya no me reía

lloraba

.rey cantor

con lluvia y música

descansa el rey que se

niega rey y se cree cantor

que una vez fue peón y

luchó contra el sol

fue éste quien lo declaró rey

rey de reyes bajo su humilde chapa

se sentó pero solo

pensaba en mandar y ordenar

ya sin palabras ni músicas

enfrentó al sol pero de

nada le valió y volvió a ser

quien era sin ser ni rey ni cantor

lunes, 8 de febrero de 2010

.Por Vos: loco

Cuando desperté vos ya te habías ido. Girábamos entre sueños y sábanas con aroma a vos. Pero ya te habías ido.

Despreocupado lavé mis cuerpos y caras. Completamente desnudo volví a despertar, onírico, luego de una hora. Salí con mi ropa blanca de trabajo, una hermosa camisa blanca –confieso que a veces aquella camisa era algo inquietante-.

Al pasar saludé a algunos compañeros, algunos sonrientes otros no. Seguí mi rumbo. Cuando me arrimaba al taller me acordé de vos; tu pelo enroscado en tu vientre altanero. Decidí dibujarlo, tomé una carbonilla y delineé los primeros trazos. Sin borrar en mi mente pero sí en aquella hoja. Aburrido y cansado de tu silueta me hice a un lado a fumar un cigarrillo mientras vos te cubrías los pechos sin siquiera mirarme; sin siquiera molestarte. Caí en sueño con la esperanza de despertar junto a vos. El bosquejo mediocre estaba casi listo antes de que lo desgarrara vilmente. Estaba furioso, descarriado. Corrí en busca de vos, pregunté por vos, grité por vos; pero nadie parecía haberte visto. Mi euforia seguía encendida, una locura apasionada me empujaba en esta carrera contra vos.

Cuando te encontré, en el baño, mirándome, riéndote de manera pícara, reflejando algo que en realidad no era, tomé el primer objeto que encontré –no recuerdo bien que era- y sin dudarlo te golpeé fuertemente, sin clemencia hasta que te desplomaras. Justo antes de que cerrara los ojos ellos entraban en busca de vos.

Luego de un tiempo indefinido de inconciencia amanecí anestesiado de dolor y con moretones a causa de los golpes. Desperté solo y con la camisa blanca puesta, listo para ir a trabajar.