Vio que era una coincidencia irrefutable -algo extraña- que crecía en la pared, de un acabado un tanto desprolijo, y que llegaba a sus pulmones de manera sutil. Marea de signos de pregunta y reflexiones nublaron la vista y aquella sirena. Un sorbo más del mate, ya frío, y la mañana del domingo siguió su rumbo...
Hace 7 años
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