los pequeñitos de naranja
con pelotas y viseras
jugaban a no ser ellos y
ser otros
yo que los miraba jugaba a ser ellos
en mi descanso sentado
jugaba y saltaba y corría
entre piedras y gritaba
como quien conoce el amor
un amor que terminó
el día y me encontró
sólo y sentado jugando a no ser yo
ya no me reía
lloraba
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